Nota de Matt Tracy
Los mexicanos, Daniel Berezowsky y Jaime Chávez Alor entraron al consulado mexicano de Nueva York en mayo con el objetivo de obtener una licencia de matrimonio, pero lo que siguió fue una pesadilla de rechazos y legalidades, que afortunadamente, terminó en un histórico beso.
Berezowsky y Alor, quienes se conocieron por primera vez en la escuela secundaria en 2006 y volvieron a reconectar seis años después a través del poder de las redes sociales, pretendían casarse en Nueva York bajo la ley mexicana. Hicieron una investigación y notaron que el código federal de México no define el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer, a pesar de que muchos códigos locales sí lo hacen.
Sin embargo, recibieron un revés cuando su solicitud de matrimonio fue rechazada debido a que el matrimonio entre personas del mismo sexo no formaba parte del código federal en México, donde existe la igualdad de matrimonio en 12 de los 32 estados. El gobierno, dijo Berezowsky, justificó su rechazo al señalar la terminología de «hombres y mujeres» en un artículo del código civil que establecía un límite de edad para el matrimonio.
«Cuando nos rechazaron, teníamos dos opciones», le dijo Berezowsky a nuestros colegas de Gay City News. «O dices ‘OK’ y te casas cuando sea que suceda en México, o podemos seguir luchando por esto».
La pareja decidió continuar con su caso, y sintieron que tampoco tenían otra opción. Si la visa de uno expiraba, dijo, el otro no podía ser dependiente, y ya estaban en Nueva York para continuar con sus respectivos programas de maestría. Aquí es donde querían casarse, pero querían hacerlo bajo la ley de su país de origen.
Planearon casarse después de pasar años en situaciones de vida transitoria en tres países. En las primeras etapas de la relación, Berezowsky vivía en Canadá, mientras que Chávez estaba en México. Finalmente se mudaron juntos a México antes de que Berezowsky se mudara a Nueva York, seguido de Alor un año después. Lo que sucedió después no estaba en los planes.
Fueron a los tribunales y demandaron al gobierno mexicano por discriminarlos. Pasaron por un proceso de apelación constitucional mexicano conocido como ley de amparo, y luego tuvieron que esperar. Durante ese tiempo, atrajeron más críticas del gobierno.
«Antes de que el juez dictaminara, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que no había discriminación porque dijeron que no había daño verdadero», explicó Berezowsky. «Obviamente, es discriminatorio en muchos sentidos».
Un abogado pro bono manejó su caso en México, lo que dijeron que ayudó enormemente porque tenían que permanecer en Nueva York en ese momento. Después de muchos meses de esperar la respuesta del gobierno, respiraron aliviados cuando un juez falló a su favor el 19 de octubre. El gobierno tenía 10 días para presentar una apelación, pero en lugar de eso, decidió dejar en vigor la decisión.
La pareja se casó en su departamento del Upper East Side el 26 de noviembre, y en el proceso se convirtieron en la primera pareja del mismo sexo en casarse bajo la ley mexicana fuera de México.
«Invitamos a miembros de nuestra familia a que nos visitarán, reservaron boletos y también vinieron amigos», dijo Berezowsky. «Alrededor de unas 20 personas nos acompañaron».
La pareja cree que su matrimonio podría sentar un precedente para otras personas en la misma situación, incluidos aquellos que están indocumentados y no pueden regresar a México para casarse.
«Eso abre muchas oportunidades interesantes», dijo Berezowsky. «Una pareja mexicana en Polonia, por ejemplo, o cualquier otro país, ahora puede ir al consulado y usar nuestro caso».
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