Más de 2.000 migrantes hondureños miembros de una nueva caravana con rumbo a los Estados Unidos, lograron pasar por dos puestos fronterizos en Guatemala mientras donde voluntarios de la Cruz Roja les ayudaron a muchos de ellos que presentaban heridas en los pies de tanto caminar y caminar hacia su sueño en el norte.
El Instituto Nacional de Migración de Guatemala confirmó que contabilizó a 662 hondureños en los pasos fronterizos de El Cinchado -colindante con la aduana hondureña de El Corinto- y 1.612 en Agua Caliente, ambos al noreste de Guatemala.
Los migrantes se dirigieron a pie y subidos en diversos transportes que los apoyaban hacia la ciudad de Esquipulas, unos 213 kilómetros al oriente de la capital guatemalteca.
Entre las personas migrantes que escapan de por las extorsiones y la violencia, hay niños de hasta cuatro meses, contó el padre scalabriniano, que durante más de 21 años ha brindado refugio, alimentación y salud a los migrantes en la sede capitalina.
Asimismo, se pudo constatar que elementos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos asesoraban y orientaban a los agentes de la Policía Nacional Civil guatemalteca en los operativos para verificar el estatus migratorio de los integrantes del primer grupo de migrantes que salió el pasado miércoles de la frontera hondureña de El Corinto.
Tal y como lo anunció el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, en su primer día en el cargo, las autoridades de Guatemala fueron más severos con quienes llevaran a sus hijos, pues existe un acuerdo para el libre tránsito -con previo registro con documento de identificación-.
El convenio, sin embargo, exime a los menores de edad, quienes sí deben presentar pasaporte e ir acompañados de sus padres o ellos contar con un permiso de alguno de los dos.
Guatemala y Honduras forman parte del denominado Triángulo Norte de Centroamérica, junto a El Salvador. La región es considerada una de las más violentas del planeta y de acuerdo a organismos internacionales, cada año al menos medio millón de ciudadanos de los tres países emigra a EE.UU. de manera ilegal en busca de mejores oportunidades de vida.
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