La cancelación del TPS: un paso obligado del consumo al ahorro

La cancelación del TPS: un paso obligado del consumo al ahorro
Los inmigrantes ya no compran ni consumen como antes. La cancelación del TPS viene afectando a los negocios en Long Island.

Con el anuncio de la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS) el panorama económico cambio no sólo para alrededor de 14,700 salvadoreños que viven en Long Island amparados bajo este estatus -quienes deben empezar nuevamente de cero a proyectar su futuro-, sino que además para los negocios del área, empresarios y los gobiernos locales que ven como las personas ahora prefieren ahorrar que consumir.

«Los dueños de negocios se van a ver muy afectados. Los salvadoreños, al igual que la comunidad hispana en general, dinero que ganan, dinero que lo consumen. Pero ya se ve como todo está cambiando, ya las personas no llenan el carro en los supermercados como antes, ahora llevan lo básico, porque están tomando precauciones de que si algo les pasa tienen dinero en efectivo”, afirmó Rogelio Bonilla, de origen salvadoreño y propietario de la empresa Torticana, en Long Island.

“A nivel de mano de obra también me puedo ver afectado en el 2019 porque algunos de mis empleados tienen TPS y la ley exige al menos un permiso de trabajo legal”, recalcó Bonilla, y es solo un ejemplo de lo que un análisis del Departamento de Desarrollo Económico y Planificación del condado de Suffolk calcula, estimando perdidas de $395 millones en ganancias y $860 millones en “valor agregado” para la economía local.

La cancelación del TPS: un paso obligado del consumo al ahorro
Stephanie Ruiz, del Restaurante Albertina en Freeport, asegura que ya se ven afectados porque los clientes prefieren ahorrar que ir a comer.

Ya no comen afuera

«La mayoría de nuestros clientes son salvadoreños y desde ya nosotros estamos viendo que el anuncio de la cancelación del TPS nos está afectando. Mucha gente ya no viene a comer, ahora piden comida para llevar porque ya no quieren gastar mucho dinero, prefieren ahorrarlo para los gastos que puedan tener en abogados o lo que les pueda pasar, entonces venir y sentarse a comer para ellos incrementaría sus gastos”, asegura Stephanie Ruiz, hija de los propietarios del restaurante Albertina en Freeport y quien desde hace 10 años hace parte activa del establecimiento.

Por otro lado, para Miguel Posada, un residente del condado de Nassau, quien se ha visto beneficiado con el TPS durante 16 años, una de sus mayores preocupaciones es la casa que compró con tanto esfuerzo hace 6 años. “Si mi esposa y yo no podemos trabajar legalmente va a ser muy difícil seguir pagando la casa donde nos hemos establecido junto con nuestros dos hijos”, señala Miguel, siendo tan solo uno de los 4,527 propietarios de casas beneficiados con TPS, que el condado de Suffolk estima en su informe, afectarían seriamente el sector inmobiliario.

La cancelación del TPS: un paso obligado del consumo al ahorro
El hondureño Guillermo Cuello que se ha podido beneficiar por 14 años del TPS afirma ‘Hemos venido a construir cosas buenas y a trabajar honradamente”.

Sienten las repercuciones

Sin embargo este es solo el principio de todas las repercusiones económicas que causará la cancelación del TPS, ya que de irse los salvadoreños beneficiados con este estatus la economía local podría verse afectada hasta en 1.4 mil millones de dólares.

«Muchas familias se van a ver muy afectadas y la mano de obra local también. Soy beneficiado del TPS desde hace 14 años, he podido trabajar, viajar a mi país y vivir tranquilo, tener una cuenta de banco por ejemplo, y todo eso ha sido de gran ayuda para la economía de la región” indica Guillermo Cuello, un hondureño que aunque ya tiene una petición de inmigración en camino, ve con preocupación lo que poco a poco va a empezar a pasar en Long Island en general con la cancelación del TPS.

Segun el Centro para el Progreso Americano, Nueva York y especialmente Long Island son una de las áreas de los Estados Unidos donde más se concentran los salvadoreños beneficiados con TPS, quienes al perder su permiso de trabajo y quedar en un limbo migratorio, dejarían un gran vacío en la economía de los condados de Nassau y Suffolk, disminuciones en el pago de impuestos, las inversiones a nivel de vivienda, de renta, de compra y por supuesto una repercución directa a los pequeños negocios quienes se verían directamente perjudicados con este paso obligado del consumo al ahorro.