Jackie Robinson, un legado que traspasa los límites del tiempo

Jackie Robinson, un legado que traspasa los límites del tiempo
Un fanático de los New York Yankees sostiene un cartel agradeciendo al gran Jackie Robinson, jugador estrella de los Dodgers, quien fue inducido al Salón de la Fama de Cooperstown en el año 1962, luego de una carrera de 11 años. (Foto: EFE/John G. Mabanglo / Baseballhall.org)

Jack Roosevelt Robinson, mejor conocido como Jackie Robinson, fue el primero de los beisbolistas afroamericanos en accionar en el béisbol de las Grandes Ligas, un hecho histórico del que se cumplieron 75 años.

En un primer paso crucial para acabar con la segregación que existía en esta liga, Robinson se colocó el uniforme de los Dodgers de Brooklyn y salió al terreno de juego el 15 de abril de 1947 en un partido en el que su equipo se enfrentó a los Bravos de Boston.

Los Dodgers derrotaron por 5-3 a los Bravos en ese partido en el que el talentoso jugador afroamericano terminó bateando de 3-0 con una carrera anotada.

El nativo de Cairo (Georgia, EE.UU.) poseía, entre sus herramientas como jugador, una gran capacidad de hacer contacto con la pelota y una envidiable velocidad para correr las bases.

Robinson mostró además que tenía la determinación no solo de superar a sus rivales en el terreno sino también de no dejarse abrumar por las constantes expresiones de racismo con las que tuvo que lidiar para mantenerse enfocado y lograr el éxito en el béisbol de Grandes Ligas.

Así abrió paso a otros jugadores que, por su condición de ser afrodescendientes, no habían podido llevar su talento a este nivel.

 

 

Jugador Más Valioso

 

Desde su primera temporada, el versátil jugador de los Dodgers demostró que había llegado para quedarse. Conquistó el premio al Novato del Año al batear para promedio de .297 con 31 dobles, cinco triples y 12 jonrones, además de 49 carreras remolcadas y 125 anotadas.

La mejor temporada en la carrera de Robinson llegaría dos años después cuando en 1949 logró la distinción de Jugador Más Valioso de la temporada al liderar la Liga Nacional en promedio de bateo con .342 y en bases robadas, con 37, además de registrar 38 dobles, 12 triples y 16 cuadrangulares entre sus 203 hits, los cuales combinó con 124 carreras remolcadas y 122 anotadas.

En su recorrido por las Grandes Ligas, Robinson terminó entre los primeros diez en las votaciones para el premio del Más Valioso en cinco oportunidades, asistió a 6 Juegos de Estrellas y conquistó 2 lideratos de bases robadas, 1 de promedio de bateo y 2 de porcentaje de embasarse.

 

 

Su huella en el Béisbol

 

Robinson era consciente del impacto que su figura causó en la sociedad y no se detuvo en su accionar en el terreno de juego ya que se involucró en la lucha contra la segregación racial más allá de las paredes de los estadios.

El histórico jugador trabajó con instituciones sociales y a través de su labor empresaria para contribuir en la búsqueda de una vida igualitaria para los afroamericanos en los Estados Unidos, llegando incluso a relacionarse con figuras muy reconocidas en ese campo como Martin Luther King o el presidente John F. Kennedy (1961-1963).

En la actualidad, la fundación que lleva su nombre otorga becas para mejorar la escolarización de personas necesitadas. La meritoria labor de Robinson en el juego y en favor de la sociedad ha sido reconocida con los más grandes honores que puede otorgar el béisbol y la comunidad estadounidense.

Robinson fue inducido al Salón de la Fama de Cooperstown en el año 1962, luego de una carrera de 11 años (10 de ellos en Grandes Ligas y uno en las Ligas Negras). En 1997, MLB aprobó que todos los equipos retirarán el número 42 que utilizó Robinson en su trayectoria como una manera de honrar su legado en el béisbol.

Desde el año 2004, el 15 de abril se celebra el «Jackie Robinson Day», en el que los equipos utilizan en sus dorsales el número 42. Robinson, quien también participó en la II Guerra Mundial, recibió de forma póstuma la Medalla de Oro del Congreso y la Medalla Presidencial de la Libertad.

Robinson inició el camino a la globalización del béisbol y, 75 años después, su legado continúa vivo a través del tiempo.