Justo cuando más se necesita de una mano amiga, ella siempre está ahí … colaborando y apoyando a su gente hispana en medio de la actual pandemia, y llevando a todos una voz de aliento y esperanza para salir adelante en Long Island.
Nos referimos a Claudia Echeverría, inmigrante de origen salvadoreña, quien labora en el pueblo de Hempstead como trabajadora social en la organización sin fines de lucro The Woman’s Opportunity Rehabilitation Center.
«Esta organización me ha dado lo oportunidad de ayudar a mi gente, de volver a conectar con mis raíces. Trabajo con jóvenes en pandillas, mujeres que sufren violencia doméstica, con mujeres que han pasado por tráfico humano y de vivienda», nos dice nuestra personaje que representa muy bien el valor indesmayable de los latinos.
Con un espíritu voluntarioso, Echeverría también distribuye alimentos gratuitos en la comunidad. «Entrego comida los días lunes y jueves de cada semana, y las distribuyo en diferentes organizaciones y pueblos del condado de Nassau», comenta.
La labor de esta servidora comunitaria es ardua, pero ella la lleva a cabo con firmeza y alegría porque siente pasión por lo que hace.
Echeverría cuenta que recolecta alimentos en todas las iglesias, en los lugares de The Salvation Army (El Ejército de Salvación) y en el almuerzo (lunch) de las escuelas públicas de Roosevelt, para luego entregar las comidas a las familias más necesitadas.
Durante la pandemia del Covid, y en medio de una escasez preocupante, ella estuvo comprando papel higiénico y máscarillas protectoras contra el virus en las tiendas de «Dollar Tree» para después llevarlos a la gente que no tenía nada.
Reformando a pandilleros
Asimismo, Echeverría también reparte consejos y orientación a jóvenes inmigrantes hispanos que lamentablemente caen en las garras de las peligrosas pandillas callejeras las cuales azotan varios pueblos de Long Island.
«En mi trabajo me toca reformar a los muchachos que están en ‘maras’ (pandillas), tengo la historia de un niño que a la edad de 13 años ya era padre, a parte de eso estaba involucrado en pandillas, arrestado por el asesinato de otro menor, desde la facilidad me encargué de que este joven siguiera estudiando, años después salió en libertad y continuó con el estudio logrando la meta de graduarse de la escuela secundaria», relata Echeverría.
«En la actualidad él es un muchacho trabajador, que vive con su pareja y su niño, es un hombre reformado, ya integrado a la sociedad y recuperó la custodia de su bebé», remarca con la emoción del deber cumplido.
«En el mes de nuestra Herencia Hispana me siento muy orgullosa de ser latina, de mis raíces, de nuestra cultura, nosotros los hispanos somos gente alegre que nos gusta ayudar a los demás», expresa nuestra personaje y le ofrece un sentido mensaje a los jóvenes.
«A la juventud por favor aprovechen su tiempo, piensen antes de tomar una mala decisión. ¡Por favor estudien!», recalca Claudia Echeverría, un verdadero «Orgullo Centroamericano» en Nueva York.
