Demasiado para soportar: solicitante de asilo se suicida en un refugio de la ciudad de Nueva York

Nueva York
Un migrante mira desde el autobús. Foto por Dean Moses

Una solicitante de asilo se suicidó dentro de un refugio de la ciudad de Nueva York el 18 de septiembre, confirmó el lunes la oficina del alcalde.

La mujer se quitó la vida dentro de un refugio en medio de lo que rápidamente se está convirtiendo en una abrumadora crisis humanitaria que la ciudad está luchando por manejar. Si bien aún no se han dado a conocer los detalles exactos que rodean la muerte o la persona involucrada, el alcalde Eric Adams calificó la pérdida de vida una tragedia.

“Los miles de solicitantes de asilo que hemos visto llegar a nuestra ciudad vinieron a este país en busca de una mejor vida. Lamentablemente, ayer, un solicitante de asilo en una de nuestras instalaciones se quitó la vida. Nuestros corazones están en duelo por esta persona y por los seres queridos que pueda tener, y nosotros, como ciudad, lamentamos esta muerte. Esta tragedia es un recordatorio de que tenemos la obligación de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a los necesitados”, dijo el alcalde en un comunicado.

El alcalde instó a cualquier solicitante de asilo que sufra problemas de salud mental a buscar ayuda de la ciudad de inmediato: “Entre otros servicios disponibles en el Centro de navegación de recursos para solicitantes de asilo se encuentra la atención de la salud mental. Pedimos a todos los solicitantes de asilo que necesitan apoyo en salud mental a que utilicen estos servicios, y a cualquier persona en nuestra ciudad que padezca ansiedad, depresión o problemas de salud mental de cualquier tipo que llamen a 888-NYC-WELL. Estamos aquí para todos ustedes”.

Esta muerte se produce durante un momento particularmente turbulento para la ciudad, ya que solo la semana pasada una gran cantidad de migrantes fueron rechazados del sistema de refugios debido a la falta de espacio, lo que los obligó a dormir en las calles antes de que las agencias los alojaran rápidamente en hoteles en los cinco distritos, según una fuente cercana a la situación.

Los migrantes atraviesan viajes agotadores plagados de muerte y hambre extrema en su peregrinaje a los Estados Unidos, solo para que muchos de ellos digan que son duramente maltratados al llegar a estados como Texas o Florida, donde los gobernadores no son muy acogedores con los recién llegados del sur de la frontera de Estados Unidos.

Verónica una migrante embarazada, habló en El Bronx con South Bronx Mutual Aid el mes pasado informando que desde la frontera de Texas en las instalaciones de ICE hasta el autobús a la Autoridad Portuaria e incluso cuando llegó a los refugios de la ciudad de Nueva York, no le dieron comida, y si se proporcionó algo, fue simplemente agua y manzanas.

“Llegué al albergue y estuve otros dos días sin comer. No hay comida, no hay ayuda…Después de varios días vi que nadie me iba a ayudar. Entonces, llamé a alguien afuera del albergue para que pudiera comer, para poder ir al médico a ver a mi hijo”, dijo Verónica, abrumada por la emoción, lloró: “Los inmigrantes viven cosas muy difíciles. Estaba aterrorizada de perder a mi hijo por todo lo que soportamos”, dijo Verónica.

Manuel, otro solicitante de asilo, compartió sus horrores al viajar de Venezuela a Texas y, para su sorpresa y consternación, aún más trauma dentro del sistema de refugios de la ciudad de Nueva York, particularmente el refugio para hombres de Bedford.

“Mi llegada fue muy espantosa, la gente nos trató muy mal. Yo entiendo que viniendo así [a través de la frontera] estamos violando leyes, pero también entiendo que hay una diferencia entre cometer un delito y venir aquí como migrante”, comenzó Manuel, “primero quiero decir que al entrar a estos lugares somos tratados como criminales, como delincuentes, como gente que ha hecho mal. Nos hacen poner pulseras. En mi opinión, siento que nos tratan como animales”.

Durante una conferencia de prensa en Brooklyn, el alcalde Adams defendió la forma en que la ciudad está manejando la abrumadora afluencia de humanos, negándose a admitir que le falló a la mujer. En cambio, Adams echo la culpa al sur, al gobernador Abbott, quien ha estado enviando a personas sin piedad por todo el país como si fueran ganado.

“Esto no es un fracaso de esos hombres y mujeres, los empleados de la ciudad que se han quedado despiertos hasta tarde en la noche han estado en la estación de autobuses alimentando, navegando”, dijo Adams. “No, no es una falla de los empleados de la ciudad. Son funcionarios con el corazón roto. Deberíamos comenzar la pregunta con ¿es esto un fracaso? ¿Es esto un fracaso? No. No, el trauma que vemos fue el del gobernador que puso a las personas en un viaje en autobús de varios días sin comida adecuada, sin atención médica sin las necesidades básicas diciéndoles que tenían que ser tratados de cierta manera, esa es la falla. No fallamos en la ciudad. La ciudad está ayudando a la gente. Y nuevamente, mi corazón está con esa familia. Y continuaremos brindando atención de salud mental a quienes lo necesiten”.

 

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