Último llamado para que los «soñadores» renueven DACA

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A falta de tres días para que se venza el plazo dado por la Casa Blanca para que cerca de 150.000 «soñadores» puedan renovar su amparo migratorio y permiso de trabajo, defensores de los inmigrantes urgen a los beneficiados a que envían sus solicitudes lo antes posible.

«Estamos haciendo un llamado urgente a los ‘soñadores’ que aún no han hecho la renovación para que no pierdan esta oportunidad que es de oro, no dejen para el último día porque podrían perder el beneficio», advirtió a Efe Jorge Mario Cabrera, vocero de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA).

Este 5 de octubre es la fecha límite dada por la Administración Trump para que puedan presentar su renovación los beneficiados por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) a los que se les vence el amparo entre el 5 de septiembre de 2017 y el 5 de marzo de 2018.

A aquellos cuyo permiso sea válido hasta después del 5 de marzo de 2018 el amparo seguirá siendo válido hasta la fecha de expiración.

Desde que el presidente, Donald Trump, anunció el pasado 5 de septiembre el fin de DACA y otorgó la extensión a casi 150.000 de los cerca de 690.000 amparados por el programa, los activistas y los mismos «soñadores» se han encargado de alertar sobre la fecha límite.

«El Departamento de Seguridad Interna ha sido claro que se necesita que la aplicación haya llegado a sus oficinas (el 5 de octubre), y el correo se va a demorar, no se puede enviar ese mismo día», dijo Luz Gallegos, directora del Programa Comunitario de TODEC, en el Valle de Coachella de California.

El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) ha dispuesto tres direcciones a donde los solicitantes pueden enviar su renovación de DACA, en Phoenix (Arizona), Dallas (Texas) y Chicago (Illinois), por lo que una carta enviada desde un estado lejano podría demorarse días en llegar.

Aunque cientos de jóvenes han respondido al llamado y han enviado su solicitud de renovación, los activistas estiman que los 155.000 aplicaciones no podrán ser sometidas en este corto plazo.

«A muchos les tomó el anuncio por sorpresa y es muy corto el tiempo que dieron para conseguir los casi 500 dólares que cuesta la renovación», lamentó Sheridan Aguirre, miembro de United We Dream.

Treinta y ocho senadores demócratas, activistas y religiosos pidieron en varias ocasiones al Gobierno que amplíe el plazo y alegaron el poco tiempo que se otorgó para realizar el tramite.

Hoy mismo, el senador demócrata por Illinois Dick Durbin insistió en la necesidad de ampliar el plazo y urgir a los republicanos que sometan a votación su proyecto de ley DREAM Act, que daría estatus permanente a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.

El grupo National Partnership for New Americans, que reúne a 37 de las más grandes organizaciones defensoras de los inmigrantes, argumentó en su petición al gobierno que para cumplir con la fecha del 5 de octubre debe haber 5.433 solicitudes presentadas cada día, incluidos los fines de semana, lo que significa que 214 solicitudes debieron presentarse cada hora, durante 30 días.

No obstante, la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, aseguró el miércoles pasado que no habrá cambios en la fecha, ignorando incluso la dispensa para los «soñadores» que viven en Texas y Florida que pudieron ser afectados por los huracanes Harvey e Irma, respectivamente.

Uno de los mayores problemas para avanzar con la renovación ha sido la falta de recursos económicos de los jóvenes que califican, aunque las organizaciones han conseguido fondos para cubrir la cuota de 495 dólares algunos posibles beneficiados aún no han buscado estas ayudas.

La falta de dinero es lo que dejó fuera del programa de DACA a Efren H, un joven de 25 años que no quiso revelar su apellido.

El «soñador», oriundo de Chihuahua (México), acudió a uno de los talleres de renovación que se dieron este fin de semana en Los Ángeles.

Después de esperar casi cuatro horas reafirmó lo que ya sabía: «Me dijeron que no califico porque mi permiso se venció en agosto, y yo no pude renovar porque no tuve dinero, pero quería intentarlo estar seguro que ya no puedo».

Organizaciones como LUCHA (Living United for Change in Arizona) reportaron que este fin de semana llegaron tres casos similares a los de Efren H. Los jóvenes no pudieron realizar la renovación por falta de recursos y ahora se enfrentan al desamparo.

A nivel nacional los activistas trabajan a marchas forzadas para que ninguno de los beneficiados pierda la extensión de dos años que les permitirá trabajar y frenar la deportación, al mismo tiempo que desarrollan presión al Congreso para que apruebe una legalización definitiva para los «soñadores».

«Buscamos una propuesta limpia, lo que significa libre de más reforzamiento migratorio, como lo serían más oficiales de inmigración, centros de detención, programas para verificación de empleo o incluso un muro en la frontera», precisó Cabrera.