Soledad O’Brien… Espíritu de triunfadora

Soledad O’Brien Espíritu de triunfadora
(Fotos cortesía de LI Press)

Soledad O’Brien siempre ha sido curiosa y aventurera, ya sea explorando los bosques de Long Island donde creció en St. James, montando a caballo, sirviendo de salvavidas, o realizando investigaciones científicas en los pantanos locales. Ese espíritu aun la define hoy.

Actualmente es Directora Ejecutiva (CEO) de Starfish Media Group, una compañía de producción de medios multiplataforma que fue fundada para contar historias empoderadas y auténticas sobre una variedad de temas sociales. Es presentadora y produce el programa de revista política de Hearts Television ‘Matter of Fact con Soledad O’Brien’. También informa regularmente para Real Sports de HBO con Bryant Gumbel y PBS NewHour.

Al principio de su carrera, O’Brien fue co-presentadora en Weekend Today, y contribuyó con segmentos al programa Today y NBC Bightly News. En 2003 se unió a CNN y se convirtió en una de las periodistas favoritas de los Estados Unidos, querida por su estilo directo, cálido y folclórico. O’Brien presentó dos programas matutinos de CNN y su unidad documental creó ‘American documentary’ series, ‘Black in America’ y ‘Latino in America’.

Es tres veces ganadora del premio Emmy. Su cobertura del huracán Katrina para CNN ganó para ella y para la red un premio George Foster Peabody. También ganó el Peabody por su cobertura del derrame de petróleo de BP en la Costa del Golfo, y su reportaje sobre el tsunami en el sudeste asiático le otorgó a CNN un premio Alfred I. DuPont. O’Brien escribió dos libros, su aclamada crítica ‘The Next Big Story’ y ‘Latino in America’.

Hace casi una década, O’Brien y su esposo, Brad Raymond, crearon la fundación PowHERfur, que ayuda a jóvenes mujeres a ingresar a la universidad. Sin duda es un modelo a seguir para las mujeres y en particular para las mujeres pertenecientes a minorías que aspiran a una carrera en el periodismo televisivo. No solo es buena en lo que hace, sino que es compasiva, inteligente y real. Su sonrisa de un millón de dólares le alegra el día a cualquiera.

O’Brien conversó con nuestra publicación hermana Long Island Press sobre su carrera, su familia, sus pensamientos sobre el estado actual de los medios y más.

¿Cuándo supiste que querías dedicarte al periodismo? Era una estudiante de medicina estudiando química con mi hermana. Ella me dijo que sólo memorizar información no era significativo. Me dijo que siga mi pasión. No amaba lo que estaba haciendo. Así que seguí periodismo. Llevé el café y el correo en una estación de televisión, tenía 20 años. Sabía que podía hacerlo.

¿Cómo fue al principio en un campo tan competitivo? No pensé que fuera competitivo. Me propuse ingresar en una estación de televisión en Boston. Fue divertido y emocionante. Corría todo el día. Creía que si trabajaba duro podría hacerlo bien. Me gustaba ser aprendiz. Hice preguntas. Sabía que podía aprender. Tuve la suerte de trabajar con personas inteligentes. Aprendí de ellos. Los observé, leí sus guiones. Y cuando me di cuenta de que las cosas eran competitivas, mi estrategia era trabajar de manera más inteligente. Siempre me pregunté, ¿Cómo debo contar una historia? ¿Por qué alguien debería contratarme? No siempre se trata del hecho de que fui a Harvard, sino de que tengas algo que decir.

¿Cuáles fueron algunas estrategias para tener éxito en este negocio? Intento decir “sí” a cada oportunidad. Intento conseguir más experiencia. Aproveché las oportunidades para cubrir Haití, el tsunami en Japón, para hacer documentales. Siempre me preguntaba: ‘¿Es una historia interesante? ¿Cuál es mi punto de vista?’. No me alejo de un desafío. Hice una historia sobre la pesca en hielo. Mi esposo me recordó que odio tener frio, pero fue increíble, interesante. Crecí en los suburbios, en un área rural, jugué en el bosque con mis amigos.

Has tenido una carrera increíble. ¿Cuáles son algunos aspectos destacados? Cubriendo desastres, noticias nacionales. Pensé que las historias más convincentes eran sobre personas normales que tenían grandes historias. Quero elevar a las personas que enfrentan problemas reales, como las personas que experimentaron el huracán Katrina o los documentales sobre los excombatientes y sus pensamientos sobre el suicidio. Muchos reporteros piensan que lo más destacado de su currículum son las personas famosas que entrevistaron; yo no.

¿Cuál es tu opinión sobre el estado de los medios de comunicación actuales, especialmente las “noticias falsas”? No me gusta el término “noticias falsas” Con frecuencia me decepcionan los periodistas y cómo cubren la política. Muchos podrían hacer un mejor trabajo. Los periodistas tienen que dejar de sorprenderse. Me decepciona cómo se cubre la política, como una carrera de caballos sin contexto. Por ejemplo, en el tema de la frontera, queremos escuchar lo que dice la gente allí. No solo queremos las cabezas que hablan y se gritan el uno al otro.

¿Hay días en los que pensaste que podrías alejarte del periodismo? Me encanta mi carrera. A veces, no me gustan las personas que hay en ella. A veces, quiero golpear a alguien en la nariz. Odio los informes engañosos, notas amarillas para obtener una audiencia. Pero entiendo por qué se hace, pero todavía me molesta.

¿Quién o qué ayudo en tu carrera? Tanta gente me ayudó. También he sido una buena estudiante, una buena aprendiz. Escuche. Hago lo que me dicen cuando invierten en mí. Hay al menos 10 a 15 personas que fueron increíbles. También hubo personas que son modelo a seguir para lo que no se debe hacer. Encontré buenos mentores.

Eres esposa y madre de cuatro adolescentes. ¿Cómo equilibras el trabajo con tu vida privada? Mi madre solía decir que todos tenemos las mismas 24 horas. Tú decides cómo usar tu tiempo. Cuando mis hijos eran pequeños, lo hacíamos de manera diferente a otras personas. Tal vez fuimos poco convencionales, pero todos fueron valorados. Era importante que todos lograran sus sueños. Fue un reto con los gemelos cuando eran niños. Lindos como eran, fue una pesadilla.

¿Cómo es la vida con adolescentes? Me hablan de sus ideas. Pero los adolescentes son más fáciles, son articulados, aunque también más argumentativos. Me siento más identificada con ellos que cuando eran pequeños. Es mejor, es más divertido ahora que cuando tenían seis años.

Cuando piensas en tu legado personal y profesional, ¿Qué es importante para ti? No pienso en el legado. Pero si escucho que algunas personas se iniciaron en el periodismo por las historias que hice. Espero que mis hijos piensen que les dejé una conversación reflexiva. Pero, no me preocupa lo que diga la gente. Estaré mirando desde el cielo de todos modos.

 

Traducción Raquel Romero 

 

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