La Semana Santa sigue viva en Puerto Rico con procesiones en las calles de sus principales localidades, una tradición religiosa que se mantiene a pesar de la secularización de la sociedad y la pérdida de peso del catolicismo en la isla.
El historiador oficial de Puerto Rico, Luis González Vales, dijo que, sin duda, la Semana Santa es un evento religioso que a pesar del paso de los años está vigente en la sociedad de la isla, que lo ha conservado como parte de su acervo.
«Creo que la Semana Santa se mantiene muy viva en todos los pueblos de la isla», sostuvo González Vales, quien fuera director de la Academia Puertorriqueña de la Historia, entre otros muchos cargos ligados a la cultura local.
González Vales destacó que el aumento del protestantismo no ha hecho mella en la Semana Santa, ya que como dijo no deja de haber una base común cristiana.
Recordó como hace muchas décadas, cuando era uno niño, las procesiones eran en la Semana Santa todo un acontecimiento social en Río Piedras, que fuera un municipio propio hasta que en 1951 se incorporó a San Juan.
«En mi niñez la procesión salía de la Iglesia del Pilar e iba recorriendo las principales calles del pueblo», recuerda el historiador, para quien muchas décadas después, ya en el siglo XXI, se sigue con esta costumbre religiosa ligada al catolicismo que introdujeron los españoles.
«Son siglos de cristianismo que llevamos sobre nuestros hombros», resaltó el historiador sobre esta costumbre que hoy se repetirá en las calles del Viejo San Juan, el casco histórico de la capital puertorriqueña, donde mejor que en ningún lugar en la isla se escenifica la vigencia de la Semana Santa puertorriqueña.
Datos históricos remontan la celebración de la Semana Santa en la isla a hace más de 500 años, poco después de la llegada de los españoles a Puerto Rico.
Las primeras procesiones al estilo sevillano en Puerto Rico se remontan al año 1921, cuando comenzaron a realizarse en las calles del Viejo San Juan.
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