Dreamers defienden en Nueva York la permanencia de DACA

Activistas, defensores de los derechos de los inmigrantes, protestan para pedir a la administración de Donald Trump proteger el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el programa del Estatus de Protección Temporal (TPS) frente a la torre Trump en Nueva York.

Jóvenes soñadores defendieron en Nueva York la permanencia del DACA, programa que les ha permitido estudiar y trabajar legalmente y no ser deportados, desde que fue creado por orden ejecutiva en el 2012 por el presidente Barack Obama.

Armados con su esperanza de que el presidente Donald Trump no elimine la iniciativa que ha permitido salir de las sombras a unos 800.000 jóvenes a través del país, los «dreamers», activistas y otros neoyorquinos que les apoyan marcharon a través de varias calles de la ciudad reclamando la permanencia del programa y en apoyo a indocumentados, bajo vigilancia policíaca.

«Defiendan DACA» fue el mensaje que encabezó la marcha en que se escuchó a los jóvenes gritar «Indocumentado pero sin miedo» mientras caminaban desde el sector Columbus Circle en Manhattan, a pasos del hotel que el mandatario y empresario inmobiliario posee en la popular zona, hasta el edifico en la Quinta Avenida que alberga el que fue su hogar antes de jurar al cargo el pasado enero.

«Salvemos DACA», «DACA es esperanza» se leía en algunos de los carteles pero también otros mensajes como «Amo a mis estudiantes indocumentados», «Deporten a Trump», «Nos negamos a aceptar un estado fascista» o «No nazis en nuestra Casa Blanca».

«Queremos decirle a Trump con esta marcha que el programa DACA ha sido muy efectivo, que ha ayudado a cerca de un millón de personas a vivir su sueño de trabajar e ir a la escuela y queremos que ese sueño no se toque», dijo a Efe Javier Valdés, dirigente de Se Hace Camino Nueva York, una de las organizaciones que convocó la marcha.

«Tomaremos todas las medidas que podamos para que no se elimine», afirmó.

Trump prometió durante la campaña electoral que acabaría con ese programa aunque luego reconoció que era uno de los temas «más difíciles» que enfrentaría su gobierno y aseguró que lo encararía «con corazón».

Sin embargo, el futuro del programa, que además ha permitido a estos jóvenes viajar y obtener licencia de conducir, es ahora incierto ya que el mandatario ha dicho que evalúa eliminarlo, lo que puede hacer con una orden ejecutiva y tener así la misma suerte del programa DAPA, que beneficiaba a los padres de los «dreamers».

El mandatario está siendo presionado por un grupo de diez fiscales generales republicanos y el gobernador de Idaho, Butch Otter, que han amenazado con demandarlo si no elimina DACA antes del 5 de septiembre.

Eliana Fernández, una emigrante de Ecuador que se beneficia del programa desde el 2012, que le permitió terminar la universidad, aseguró a Efe que «sería devastador» si lo eliminan ya que no podría seguir en su actual empleo, y por consecuencia le impediría mantener a sus hijos de 10 y 5 años y pagar su casa.

«Sería una decisión incorrecta porque no sólo afectaría mi vida sino la de 800.000 personas. Fue una plataforma para salir de las sombras y volver a eso sería devastador», dijo Fernández.

El peruano Ángel Reyes disfruta de los beneficios de DACA que le ha permitido registrar legalmente su propio negocio de tecnología, con el que da servicios a varias escuelas.

«Si lo eliminan perdería la oportunidad de trabajar legalmente, de transportarme libremente dentro de EE.UU y desconozco cómo afectaría a mi negocio», afirmó.

Un grupo de gobernadores, alcaldes, fiscales generales, legisladores y líderes religiosos y cívicas a través del país han expresado su apoyo a los dreamers.