Demócratas denuncian ineficacia de Trump ante desastre en Puerto Rico

La congresista demócrata puertorriqueña por Nueva York, Nydia Velázquez, ofrece una rueda de prensa en la que comentó el aumento de la ayuda estadounidense a Puerto Rico y las Islas Vírgenes en el Capitolio de Washington, EE.UU.

Un nutrido grupo de congresistas demócratas denunciaron la inexcusable lentitud e ineficacia del Gobierno de Donald Trump para reaccionar ante el desastre al que asiste PuertoRico tras el devastador paso del huracán María, y pidieron de inmediato acción legislativa para abordar la situación.

La congresista por Nueva York Nydia Velasquez, una de las legisladoras que están liderando los esfuerzos para la recuperación de la isla, insistió hoy en que «desafortunadamente la respuesta de esta Administración ha sido inexcusablemente lenta e ineficaz», por lo que abogó por movilizarse en el Congreso.

«Ahora necesitamos empezar a centrarnos en el Congreso. Hoy le pedimos al presidente (de la Cámara de Representantes, Paul) Ryan someter a voto una legislación para ayudar a aliviar el sufrimiento de Puerto Rico. Necesitamos una medida que provea de fondos suplementario, como actuamos con los huracanes Harvey e Irma», afirmó en rueda de prensa con sus colegas demócratas.

Velasquez subrayó la grave situación de los puertorriqueños, que sufren «la casi completa destrucción de su sistema eléctrico» y, a causa de su topografía, un bloqueo de sus infraestructuras que les impide poder recibir con efectividad los recursos de ayuda como medicamentos, agua y alimentos.

Asimismo, el representante puertorriqueño por Illinois Luis Gutiérrez llamó a que la «fuerza y la furia» de la Casa Blanca, parafraseando al presidente Donald Trump en sus amenazas a Corea del Norte, se centren en ayudar a PuertoRico.

«Señor presidente, tiene que reunir todas sus fuerzas para enfrentar esta crisis. (…) Se trata del Katrina del 2017», indicó Gutiérrez en alusión al terrible huracán que anegó Luisiana en 2005.

Trump finalmente autorizó hoy que barcos extranjeros lleven suministros a Puerto Rico para favorecer su abastecimiento al suspender temporalmente la ley conocida como «Jones Act», que determina que solo los barcos estadounidenses con tripulación de EEUU pueden transportar productos entre los puertos marítimos del país.

Sin embargo, el Gobierno del multimillonario no se ha apresurado en su reacción como en los casos de los recientes huracanes Harvey, en Texas, o Irma, que afectó más al estado de Florida.

«Al pueblo de Puerto Rico, a mis hermanos y hermanas, yo sé que mis palabras quizá no puedan aliviar el dolor que están sintiendo. Pero quiero que sepan que no están solos y que haremos todo lo posible para aliviar esta situación», dijo por su parte, en español, el congresista José Serrano.

«Cuando Puerto Rico se levante de nuevo será un Puerto Rico más fuerte, más moderno, más preparado para enfrentarse a estas catástrofes», añadió, al advertir, no obstante, sobre otros riesgos que puede enfrentar su población, como las epidemias derivadas de los animales muertos por la tormenta.

Los demócratas insistieron también en que además de aprobar fondos suplementarios para los afectados, -más de tres millones de personas-, el Pentágono debería designar un alto mando del Ejército para coordinar y desplegar la mayor cantidad de esfuerzos posibles en la isla.
En este sentido, el senador republicano Marco Rubio, que dio una rueda de prensa posterior, coincidió con los demócratas.

«Incluso si llega más ayuda a Puerto Rico, la cadena de distribución está rota», aseguró el republicano sobre las duras condiciones en las que se encuentran los puertorriqueños.

Por eso, coincidió con los demócratas en que «es el Departamento de Defensa el que tiene la mejor capacidad para distribuir la ayuda».

La crítica situación de los puertorriqueños se agrava por las dificultades derivadas de mover los suplementos de ayuda desde territorio continental a la isla, así como por los numerosas carreteras cortadas por las inundaciones.

Asimismo, la isla atravesaba una dura situación económica antes de la llegada del huracán, con una deuda de más de 70.000 millones de dólares, por lo que su capacidad económica para hacer frente a los daños es muy limitada.